Esta parte de nuestra tecnología se enfoca específicamente en el suelo como medio de cultivo, el elemento fundamental para las plantas. A menudo se dice que el suelo es la base de todo, y estamos totalmente de acuerdo. Cuando la estructura y la biología del suelo son óptimas, las plantas reciben suficientes nutrientes y humedad para mantener el metabolismo primario y secundario.
Esta tecnología incluye elementos desarrollados para apoyar los sistemas
de cultivo sin riego. Aumenta la profundidad de cultivo actual, que suele ser
de unos pocos centímetros, hasta 1,5 metros de medio rico en humus. Este suelo
estructurado y vivo actúa como una esponja, absorbiendo y almacenando el exceso
de lluvia para los períodos secos, por eso lo llamamos tecnología de retención
de agua.
Una variante de nuestra tecnología de retención de agua va más allá de
la absorción de agua, centrándose en aumentar la formación de humus en el suelo
y mejorar la actividad biológica. Esta versión se puede aplicar a todos los
sistemas de cultivo basados en suelo, creando un entorno de cultivo rico y
biológicamente activo.
No es casualidad que las comunidades microbianas que se encuentran en
las raíces de las plantas funcionen de manera similar al bioma intestinal
humano. Estas comunidades digieren los nutrientes para las plantas y les
proporcionan la energía y los nutrientes necesarios para la defensa y el
crecimiento. Al mejorar la estructura y la biología del suelo, podemos
transformar tierras semiáridas en un oasis próspero utilizando tecnología de
retención de agua.